Mundos paralelos

Y a veces, perpendiculares…

Miradas que se pierden en los charcos septiembre 21, 2008

Filed under: Citas,ELX,Lluvia,Otoño,Personal,Poesía,Sonrisas,Vida — Pili @ 8:37 pm

«No es que atardezca, es que la lluvia es noche: otoño en la ventana» Io Sogi

 

Como una peonza estropeada abril 10, 2008

Como una peonza estropeada

(Juan Antonio de Grazalema)

Como un sinfín anhelante
gira la vida angustiosa,
llena de romeos rutilantes
y afilados amores de alcoba.

Como el yermo crucigrama,
como la vieja dama loca
y el cartero de las malas noticias,
su fría voz me toca –loca-.

Como los ángeles sin alas
ni sexo ni mala boca,
como la leyenda del tiempo
y la camisa rota.

Como el duende que nunca muere,
como el que ve lo que no está escrito.
Puñales atravesando un corazón
y demasiado espacio para el olvido.

Como las estrellas que vagan absortas
en un cielo embarrado de astillas
y un sinfín de agujeros negros,
como los ojos que no se olvidan.

Sin lógica gira la vida,
entre vaivenes soñolientos,
como una peonza estropeada
que vagabundea entre recuerdos.

Y tras el bonito poema…

Primero fueron las canicas… Ahora el furor en el cole, son las peonzas… No hay niñ@ que no tenga una «Diamante» como ésta… Qué será lo próximo??? Da gusto ver que todavía «molan» aquellos juegos y juguetes de antaño… que incluso eclipsan a las anheladas consolas y wiiS 😉

 

Corrigiendo exámenes (y meditando con las respuestas) diciembre 10, 2007

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Estaba yo corrigiendo unos exámenes de Lengua y a la vez, teniendo una distendida y simpática charla con RED vía messenger… cuando me ha sobresaltado una respuesta dada a una pregunta de comprensión lectora de susodicho examen de Lengua… Vengo a poner en situación a los lectores (poema que me encanta y que me trae recuerdos de mi infancia escolar):

Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba,

que sólo se sustentaba

de unas yerbas que comía.

¿Habrá otro -entre sí decía-

más pobre y triste que yo?

Y cuando el rostro volvió

halló la respuesta, viendo

que iba otro sabio cogiendo

la hojas que él arrojó.

Calderón de la Barca

1. Señala la oración que mejor resuma la enseñanza de la poesía:

Las verduras son muy sanas, por eso podemos sobrevivir a base de hierbas. (Poco recomendable). 😎

Debemos quitar importancia a nuestras desgracias, porque siempre podemos encontrar a alguien en peor situación que la nuestra. (La verdadera). 😀

Cuando algo nos va muy mal, siempre es un consuelo ver a alguien con buena suerte. (Ni de coña). 🙄

Los hombres sabios, como viven concentrados en sus pensamientos, se suelen alimentar mal. (La contestada por algún filósofo precoz… Hay algún sabio por aquí??? Que se pronuncie, por favor!!! A ver si es que yo me estoy equivocando!!!). :mrgreen:

 

Los colores del otoño noviembre 4, 2007

Filed under: Nostalgias,Personal,Poesía — Pili @ 8:23 pm

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Tras las lluvias de octubre, noviembre despertó con colores otoñales… e incluso mi adorable Goliat, se puso nostálgico y romanticón!!!

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No solo en primavera florece el campo… Ahora las tonalidades son más suaves, más bucólicas…

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Poema del otoño

Enredada cae

 

entre las turbias hojas del otoño

 

mota de ceniza

 

levísima, intrascendente,

 

suspendida en el aire de un cielo

 

pintado de gris

 

acariciado suavemente por un rojo

 

diluido en la lejanía

 

que besa,

 

que arde

 

tras el eterno horizonte inalcanzable.

 

 

 

CALEIDOSCOPIO

 

Desde los afectos (Mario Benedetti) May 9, 2007

Filed under: Poesía — Pili @ 9:41 pm

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¿Cómo hacerte saber que siempre hay un tiempo?

Que uno tiene que buscarlo y dárselo…

Que nadie establece normas, salvo la vida…

Que la vida sin ciertas normas pierde formas…

Que la forma no se pierde con abrirnos…

Que abrirnos no es amar indiscriminadamente…

Que no está prohibido amar…

Que también se puede odiar…

Que el odio y el amor son afectos…

Que la agresión porque sí, hiere mucho…

Que las heridas se cierran…

Que las puertas no deben cerrarse…

Que la mayor puerta es el afecto…

Que los afectos, nos definen…

Que definirse no es remar contra la corriente…

Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja…

Que buscar un equilibrio no implica ser tibio…

Que negar palabras, es abrir distancias…

Que encontrarse es muy hermoso…

Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida…

Que la vida parte del sexo…

Que el por qué de los niños, tiene su por qué…

Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad… 
Que saber todo de todos, es curiosidad mal sana…

Que nunca está de más agradecer…

Que autodeterminación no es hacer las cosas solo…

Que nadie quiere estar solo…

Que para no estar solo hay que dar…

Que para dar, debemos recibir antes…

Que para que nos den también hay que saber pedir…

Que saber pedir no es regalarse…

Que regalarse en definitiva no es quererse…

Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos…

Que para que alguien sea, hay que ayudarlo…

Que ayudar es poder alentar y apoyar…

Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara…

Que las cosas cara a cara son honestas…

Que nadie es honesto porque no robe…

Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo…

Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte…

Que se puede estar muerto en vida…

Que se siente con el cuerpo y la mente…

Que con los oídos se escucha…

Que cuesta ser sensible y no herirse…

Que herirse no es desangrarse…

Que para no ser heridos levantamos muros…

Que sería mejor construir puentes…

Que sobre ellos se va a la otra orilla y nadie vuelve…

Que volver no implica retroceder…

Que retroceder también puede ser avanzar…

Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol…

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?

Mario Benedetti

 

Sueño (Alejandra Pizarnik) May 6, 2007

Filed under: Fotografía,Poesía — Pili @ 8:06 pm

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SUEÑO

Estallará la isla del recuerdo.

La vida será un acto de candor.

Prisión

para los días sin retorno.

Mañana

los monstruos del buque destruirán la playa

sobre el vidrio del misterio.

Mañana

la carta desconocida encontrará las manos del alma.

Alejandra Pizarnik

 

Los encuentros de un caracol aventurero… abril 24, 2007

Filed under: Cole,Personal,Poesía — Pili @ 6:24 pm

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Ayer, 23 de abril, fue el día del LIBRO, y en mi cole, hemos estado celebrándolo, centrándonos en Federico García Lorca. Los pasillos de la escuela están repletos de murales con sus poemas, de réplicas de sus pinturas… Los niños han trabajado su obra, su vida… Y hoy y mañana, estamos teniendo actividades de animación a la lectura.

Esta mañana, el 3er ciclo inauguró el salón de actos con la representación llevada a cabo por Vicky, del poema «Los encuentros de un caracol aventurero»… Dicho poema, es bastante infantil para ellos, pero Vicky ha utilizado todos sus encantos para tener a los niños, embobados durante casi una hora!!

Los niños de 6º han puesto en escena unos cuantos poemas de García Lorca, con guitarras andaluzas de fondo… muy, muy, muy bonito.

Hay dulzura infantil
en la mañana quieta.
Los árboles extienden
sus brazos a la tierra.
Un vaho tembloroso
cubre las sementeras,
y las arañas tienden
sus caminos de seda
-rayas al cristal limpio
del aire-.
En la alameda
un manantial recita
su canto entre las hierbas.
Y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
ignorado y humilde,
el paisaje contempla.
La divina quietud
de la Naturaleza
le dio valor y fe,
y olvidando las penas
de su hogar, deseó
ver el fin de la senda.
Echó a andar e internose
en un bosque de yedras
y de ortigas. En medio
había dos ranas viejas
que tomaban el sol,
aburridas y enfermas.
«Esos cantos modernos
-murmuraba una de ellas-
son inútiles». «Todos,
amiga -le contesta
la otra rana, que estaba
herida y casi ciega-.
Cuando joven creía
que si al fin Dios oyera
nuestro canto, tendría
compasión. Y mi ciencia,
pues ya he vivido mucho,
hace que no lo crea.
Yo ya no canto más…»

Las dos ranas se quejan
pidiendo una limosna
a una ranita nueva
que pasa presumida
apartando las hierbas.

Ante el bosque sombrío
el caracol se aterra.
Quiere gritar. No puede.
Las ranas se le acercan.

«¿Es una mariposa?»,
dice la casi ciega.
«Tiene dos cuernecitos
-la otra rana contesta-.
Es el caracol. ¿Vienes,
caracol, de otras tierras?»

«Vengo de mi casa y quiero
volverme muy pronto a ella».
«Es un bicho muy cobarde
-exclama la rana ciega-.
¿No cantas nunca?» «No canto»,
dice el caracol. «¿Ni rezas?»
«Tampoco: nunca aprendí».
«¿Ni crees en la vida eterna?»
«¿Qué es eso?
«Pues vivir siempre
en el agua más serena,
junto a una tierra florida
que a un rico manjar sustenta».

«Cuando niño a mí me dijo
un día mi pobre abuela
que al morirme yo me iría
sobre las hojas más tiernas
de los árboles más altos».

«Una hereje era tu abuela.
La verdad te la decimos
nosotras. Creerás en ella»,
dicen las ranas furiosas.

«¿Por qué quise ver la senda?
-gime el caracol-. Sí creo
por siempre en la vida eterna
que predicáis…»
Las ranas,
muy pensativas, se alejan.
y el caracol, asustado,
se va perdiendo en la selva.

Las dos ranas mendigas
como esfinges se quedan.
Una de ellas pregunta:
«¿Crees tú en la vida eterna?»
«Yo no», dice muy triste
la rana herida y ciega.
«¿Por qué hemos dicho, entonces,
al caracol que crea?»
«Por qué… No sé por qué
-dice la rana ciega-.
Me lleno de emoción
al sentir la firmeza
con que llaman mis hijos
a Dios desde la acequia…»

El pobre caracol
vuelve atrás. Ya en la senda
un silencio ondulado
mana de la alameda.
Con un grupo de hormigas
encarnadas se encuentra.
Van muy alborotadas,
arrastrando tras ellas
a otra hormiga que tiene
tronchadas las antenas.
El caracol exclama:
«Hormiguitas, paciencia.
¿Por qué así maltratáis
a vuestra compañera?
Contadme lo que ha hecho.
Yo juzgaré en conciencia.
Cuéntalo tú, hormiguita».

La hormiga, medio muerta,
dice muy tristemente:
«Yo he visto las estrellas.»

«¿Qué son las estrellas?», dicen
las hormigas inquietas.
Y el caracol pregunta
pensativo: «¿Estrellas?»
«Sí -repite la hormiga-,
he visto las estrellas,
subí al árbol más alto
que tiene la alameda
y vi miles de ojos
dentro de mis tinieblas».
El caracol pregunta:
«¿Pero qué son las estrellas?»
«Son luces que llevamos
sobre nuestra cabeza».
«Nosotras no las vemos»,
las hormigas comentan.
Y el caracol: «Mi vista
sólo alcanza a las hierbas.»

Las hormigas exclaman
moviendo sus antenas:
«Te mataremos; eres
perezosa y perversa.
El trabajo es tu ley.»

«Yo he visto a las estrellas»,
dice la hormiga herida.
Y el caracol sentencia:
«Dejadla que se vaya.
seguid vuestras faenas.
Es fácil que muy pronto
ya rendida se muera».

Por el aire dulzón
ha cruzado una abeja.
La hormiga, agonizando,
huele la tarde inmensa,
y dice: «Es la que viene
a llevarme a una estrella».

Las demás hormiguitas
huyen al verla muerta.

El caracol suspira
y aturdido se aleja
lleno de confusión
por lo eterno. «La senda
no tiene fin -exclama-.
Acaso a las estrellas
se llegue por aquí.
Pero mi gran torpeza
me impedirá llegar.
No hay que pensar en ellas».

Todo estaba brumoso
de sol débil y niebla.
Campanarios lejanos
llaman gente a la iglesia,
y el caracol, pacífico
burgués de la vereda,
aturdido e inquieto,
el paisaje contempla.

 

Táctica y estrategia marzo 14, 2007

Filed under: Plagios voluntarios,Poesía — Pili @ 8:38 pm

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Mario Benedetti

 

febrero 11, 2007

Filed under: Poesía — Pili @ 5:17 pm

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti

 

Elegía febrero 10, 2007

Filed under: Poesía — Pili @ 11:12 pm

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández

 

Filed under: Poesía — Pili @ 11:06 pm

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.

Miguel Hernández